Ex capítulo 16



CAPÍTULO 16



LA ESCUELA DE SALAMANCA



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El término Escuela de Salamanca se usa para designar a un grupo de hombres, casi todos eclesiásticos, que abarcaba desde la Escuela Literaria Salmantina hasta la economía, pasando por la teología y el derecho. Se inscribe dentro del contexto más amplio del Siglo de Oro español y fue fundada por Francisco de Vitoria.

No cabe duda que el influjo de la Escuela se debió sentir en otras naciones, puesto que muchos de los componentes de la Escuela dieron clases en Universidades de fuera de España. Después cayó en el olvido hasta que a mediados del siglo XX empezó a ser rescatada por Joseph Alois Schumpeter, en su Historia del análisis económico (1954), aunque muchos historiadores económicos ya emplearon el apelativo antes que él. Schumpeter estudió la doctrina escolástica en general y la española en particular, y elogió el alto nivel de la ciencia económica en la España del siglo XVI. Según él, esta escuela fue el grupo que más se merece el título de fundador de la ciencia económica. La Escuela de Salamanca no llegó a elaborar una doctrina económica completa, pero estableció las primeras teorías económicas modernas para afrontar los nuevos problemas que habían surgido. Su reconocimiento internacional ha sido muy tardío, pues las naciones protestantes (las mayoría de las que han escrito la ciencia a partir del siglo XVIII) no debían sentirse cómodas reconociendo la modernidad de unos teólogos que fueron punteros en el Concilio de Trento. Desgraciadamente, no hubo continuación desde finales del siglo XVII, y muchas de sus aportaciones acabaron olvidadas para ser redescubiertas décadas después.

Aunque no se ha encontrado una influencia directa, la Escuela de Salamanca se ha comparado muchas veces con la Escuela Austríaca. Especialmente son los integrantes de la Escuela Austríaca de Economía los que andan buscando antecedentes de su pensamiento neoliberal desde la China de Confucio hasta la España del siglo XVI  con el evidente propósito de justificar que su línea de pensamiento es secular, como si eso tuviera la más mínima importancia. El economista más activo en este sentido es Rothbard.


CONTEXTO HISTÓRICO

Desde los inicios del siglo XVI en adelante, la concepción católica tradicional del hombre y su relación con Dios y el mundo ha ido asaltada por el crecimiento del humanismo, la Reforma Protestante y por los nuevos descubrimientos geográficos y sus consecuencias. El descubrimiento de que el planeta Tierra no es el centro sobre el que giran todos los planetas y todas las estrellas, incluido el Sol (geocentrismo), sino que es la tierra la que gira alrededor de Sol (heliocentrismo) ayudó a colocar al género humano en un lugar más adecuado en el mundo. El Renacimiento y el humanismo italianos fueron los primeros en promover este cambio de visión. El Renacimiento pretende restaurar el esplendor de la Antigüedad clásica y su interés por el hombre sustituyendo el teocentrismo medieval por el antropocentrismo. En el campo de la literatura, Dante Alighieri (c. 1265 - 1321) se mostró a favor de la separación entre la Iglesia y el Estado. Francesco Petrarca (1304 - 1374) quiso unificar toda Italia que había tenido en la época del Imperio Romano. Giovanni Boccaccio (1313 - 1375), autor del Decámeron, obra que reúne diez cuentos en los que se ensalza la concepción profana del hombre, la ausencia de rasgos fantásticos o míticos, y la burla de los ideales medievales, lo que dotan a la obra de un carácter claramente antropocéntrico y humanista. En los artes pictórico y escultórico, prima la figura humana incluso en las escenas religiosas como las de Vírgenes con niño.



LA DENOMINACIÓN "ESCUELA DE SALAMANCA"

La denominación "Escuela de Salamanca" se debe a José Larraz en su libro La época del mercantilismo en Castilla, 1500-1700, Madrid (1943), aunque no todos los historiadores están de acuerdo con ella.  Schumpeter en su Historia del Análisis Económico (1954) la llama "escuela de Salamanca de economistas", y a partir de la publicación póstuma de su libro, se empieza a considerar esta escuela en el mundo anglosajón. Schumpeter afirma que sus miembros más destacados “happened to be Spanish”, es decir, “resultaron ser españoles”, pero afirma que su enseñanza no tenía nada de específicamente español (Fuente).


¿QUIENES FORMARON PARTE DE ELLA?

Este es un tema mucho más controvertido que el anterior. No hay ni mucho menos unanimidad al respecto. La postura más restrictiva es la de José Barrientos, quien cree que el ámbito debe ser reducido al de los doctores dominicos directamente relacionados con el convento de San Esteban y que enseñaron en la Universidad del mismo nombre. Barrientos deja fuera a Azpilcueta por considerarlo más un teólogo que un jurista. Marjorie Grice-Hutchinson [BIBLIOGRAFÍA 2.4, TRADUCIDO EN 2.6] y Manuel Jesús González [BIBLIOGRAFÍA 1.12] consideraron que su inclusión o no en dicha escuela no depende de si enseñaron o no en dicha Universidad, sino si tenían un método y estudiaban una problemática común. Parece más coherente este segundo enfoque.

Iparraguirre en 1954 incluyó 80 autores, de los que sólo unos 15 recibieron atención. Donde, sin embargo, sí encontramos unanimidad, sin lugar a dudas, entre todos los autores que han estudiado la cuestión, es en la consideración de Francisco de Vitoria como maestro, figura principal y fundacional de todos los doctores que formaron parte de dicho grupo.

En el enlace de la Wikipedia en inglés relativo a la School of Salamanca. divide esta escuela en dos: la Salmanticense y la Conimbricense. La primera estaría encabezada por Francisco de Vitoria (1483 - 1546) y alcanzaría su punto máximo con Domingo de Soto (1494 - 1560), y serían todos dominicos. La segunda subescuela estaría formada por los jesuítas Luis de Molina (1535 - 1600), Francisco Suárez (1548 - 1617) y Giovanni Botero (1544 - 1617), quién continuó la tradición en Italia. El nombre conimbricense se refiere a la escuela de Coimbra de Portugal.


¿QUIENES ESTUDIARON LA ESCUELA? BIBLIOGRAFÍA

  1. En España:
    1. ARTIGAS, Mariano. (1994): El desafío de la racionalidad, Eunsa, Navarra.
    2. BARRIENTOS GARCÍA, J. (1995): “La Escuela de Salamanca: desarrollo y caracteres”, en La ciudad de Dios, vol. CCVIII (mayo-dic. 1995).
    3. BARRIENTOS GARCÍA, J. (1998): “El pensamiento económico en la perspectiva filosófico-teológica”, en GÓMEZ CAMACHO, F. Y ROBLEDO, R. (Edts.): El pensamiento económico en la Escuela de Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca.
    4. BARRIENTOS GARCÍA, J. (2002): Los tratados “De Legibus” y “De Iustitia el iure” en la Escuela de Salamanca del los siglos XVI y XVII.
    5. CARRERA PUJOL, Jaime (1943): Historia de la Economía Española, Barcelona.
    6. FLÓREZ MIGUEL, Cirilo. (1998): “La Escuela de Salamanca y los orígenes de la economía”, en GÓMEZ CAMACHO, F. Y ROBLEDO, R. (Edts.): El pensamiento económico en la Escuela de Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca. Salamanca.
    7. GOMEZ CAMACHO, Francisco (1985a): “Luis de Molina y la metodología de la ley natural”, en Miscelánea Comillas: Revista de Teología y Ciencias Humanas, vol. 43, pp. 155-194.
    8. GOMEZ CAMACHO, Francisco 1985b): “Cumplimiento y desarrollo de la ley natural”, en Miscelánea Comillas, Revista de Teología y Ciencias Humanas, vol. 43
    9. GOMEZ CAMACHO, Francisco (1998): Economía y filosofía moral. La formación del pensamiento económico europeo en la Escolástica europea, Síntesis, Madrid.
    10. GOMEZ CAMACHO, F. (2000): “El pensamiento económico en la Escuela de Salamanca”, en FUENTES QUINTANA, E. (Ed.): Economía y economistas españole, Galaxia Gutenberg-Círculo de lectores, Madrid.
    11. GOMEZ CAMACHO, F. Y ROBLEDO, R. (Edts.) (1998): El pensamiento económico en la Escuela de Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca.
    12. GONZÁLEZ, Manuel Jesús (2004): “La ética económica de la Escuela de Salamanca”, DE LA CUESTA GONZÁLEZ, M. Y RODRÍGUEZ DUPLÁ, L. (Coords.): Responsabilidad social corporativa, Servicio de Publicaciones, Universidad Pontificia de Salamanca, Salamanca.
    13. GONZÁLEZ, Manuel Jesús (2001): “El contexto genético del pensamiento económico en Castilla durante el siglo XVI” en Cuadernos de CC.EE. y EE., no. 37
    14. GOROSQUIETA REYES, Javier (1941): El sistema de ideas tributarias en los teólogos y moralistas principales de la “Escuela de Salamanca” (siglos XVI y XVII), Madrid.
    15. IPARRAGUIRRE, Demetrio (1954): "Las fuentes del pensamiento económico en España, en los siglos XIII al XVI», en Estudios de Deusto, 2ª época, vol. II, núm. 3, enero-junio.
    16. IPARRAGUIRRE, Demetrio (1957): Francisco de Vitoria: una teoría social del valor económico, Bilbao.
    17. Larraz, José (1943): La época del mercantilismo en Castilla, 1500-1700, Diana. Madrid.
    18. MARTÍNEZ-ECHEVARRÍA Y ORTEGA, M.A. (2005): “Una antropología para el agente económico”, en RUBIO DE URQUÍA, R., UREÑA, E. Y MUÑOZ PEREZ, F. (Edts.): Estudios de Teoría Económica y Antropología, Unión Editorial, Madrid.
    19. MUÑOZ DELGADO, V. (1978): “Lógica, ciencia y humanismo en la renovación teológica de Vitoria y Cano”, en Revista española de teología, no 38.
    20. MUÑOZ DELGADO, V. (1978): “Lógica, ciencia y humanismo en la renovación teológica de Vitoria y Cano”, en Revista española de teología, no 38.
    21. PEREÑA VICENTE, Luciano (1954): La Universidad de Salamanca, forja del pensamiento político español en el siglo XVI, Salamanca.
    22. PEREÑA VICENTE, Luis. (1998): “La Escuela de Salamanca. Notas de identidad”, en GÓMEZ CAMACHO,F. Y ROBLEDO, R. (Edts.): El pensamiento económico en la Escuela de Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca.
    23. RAMOS, D. (1975): “La ley natural en Domingo de Soto”, en Persona y Derecho, no 2.
    24. SARANYANA, J. I. (2003): La Filosofía medieval, Eunsa, Navarra.
    25. Ullastres Calvo, Alberto (1941-1942): “Martín de Azpilcueta y su comentario resolutorio de cambios”, en Anales de Economía, octubre-diciembre y enero-marzo.
  2. En el extranjero:
    1. Dempsey, Bernard (1935): “The historical emergence of quantity theory”, en Quaterly journal of Economics. Vol. 50, noviembre.
    2. Dempsey, Bernard (1943): Interest and Usury, with an introduction by Joseph Schumpeter, London.
    3. Endemann, Wilhelm (1874): Studien in der romanisch-kanonistischen Wirtschafts und Rechtslehre bis gegen Ende des 16 jahrhunderts, Berlín.  
    4. Grice-Hutchinson, Marjorie (1952): The School of Salamanca: Readings in Spanish Monetary Theory, Oxford. 
    5. GRICE-HUTCHINSON, Marjorie (1982): El pensamiento económico en España (1177-1740), Crítica, Barcelona.
    6. GRICE-HUTCHINSON, Marjorie (2005): La Escuela de Salamanca. Una interpretación de la teoría monetaria española, estudio introductorio de Luis Perdices de Blas y John Reeder, Caja España, Salamanca.
    7. GROCIO, Hugo (1625): De jure belli ac pacis (Sobre el derecho de guerra y de paz) - París, 1625 (segunda edición en Ámsterdam, 1631)
    8. Popescu, Oreste (1986): Estudios en la historia del pensamiento económico latinoamericano, Bogotá.
    9. Sayous, André (1927): “Les changes de l'Espagne sur l'Amerique au XVIième siècle”, en Revue d'Economie Politique
    10. Sayous, André (1928): "Observations d'écrivains du XVIième siècle sur les changes”, en Revue Econonique Internationale, noviembre. 
    11. Schumpeter, J. (1954): History of Economic Analysis, Nueva York.  
    12. Weber, Wilhelm (1959): Wirtshaftsethik am Vorabend des Liberalismus, Münster.
    13. P. Duhem: Dominique Soto et la escolastique parisienne, Bulletin Hispanique, vol. 12 (1910), vol. 13 (1911) y vol. 14 (1912).
  3. Obras de autores de la época publicadas en español
    1. MOLINA, L. (1990): Tratado sobre los cambios, edición e introducción de Francisco Gómez Camacho, Instituto de Estudios Fiscales. Madrid.
    2. VITORIA, F. (1946): Relecciones teológicas, edición preparada por Jaime Torrubiano Ripoll, Ed. Enero, Buenos Aires.
    3. VITORIA, F. (1932-1952): Comentarios a la secunda secundae de Santo Tomás, edición preparada por el R. P. Vicente Beltrán de Heredia, (6 vol.), Salamanca.
    4. VITORIA, F. (2001): La justicia, estudio preliminar y traducción de Luis Frayle Delgado, Tecnos, Madrid.
A

History of Economic Thought III






EL FLUJO CIRCULAR

[nota del traductor/autor: El primero, que yo sepa, que tuvo en mente un esquema circular entre las distintas clases sociales, fue Cantillón, cuyo esquema se puede ver en Wikipedia en inglés. Pero en el enlace que traducimos de History of Economic Thought, no figura. Se puede ver más información sobre este tema en este enlace de Wikipedia en inglés titulado Circular Flow of Income].


Se dice que un francés de nombre Vicent de Gournay (1712-59), desencantado con las regulaciones mercantilistas se preguntó porque era tan difícil la libre empresa y el libre comercio (laissez faire, laissez passer). Él fue uno de los primeros fisiócratas, una palabra de origen griego que significa "gobierno de la naturaleza" y que establece que la agricultura es la fuente de toda la riqueza. Como dijo el historiador David B. Danbom, los fisiócratas condenaron las ciudades por su artificialidad y elogiaron los estilos más naturales de vida. Elogiaron a los agricultores." Hacia el final del siglo XVII y principios del XVIII, se hicieron grandes avances en la ciencia natural y en la anatomía, incluyendo el descubrimiento de la circulación de la sangre por el cuerpo humano. Esta idea se refleja en la teoría de los economistas fisiócratas, con la noción del flujo circular del ingreso a través de la economía.

François Quesnay (1694-1774) fue el médico de la corte  del rey Luis XIV de Francia. Creía que el comercio y la industria no eran fuentes de riqueza, y en su libro, Tableau Economique (1758, Cuadro económico), sos tuvo que los excedentes agrícolas,circulando por la economía en forma de rentas, salarios y compras, eran los motores reales de la economía.

  1. En primer lugar, Quesnay dijo que las regulaciones dificultan el flujo del ingreso por las clases sociales.
  2. En segundo lugar, los impuestos sobre las clases productivas, como los granjeros, deben ser reducidos y aumentarse los impuestos obre las clases improductivas, como los terratenientes, ya que su estilo de vida lujoso distorsiona el flujo del ingreso.

Jacques Turgot (1727-1781) nació en París procedente de una vieja familia normanda. En su trabajo más conocido, Réflexions sur la formation et la distribution des richesses (1766, Reflexiones sobre la formación y distribución de las riquezas), desarrolla la teoría de Quesnay de que la tierra es la única fuente de riqueza. Turgot dividía la sociedad en tres clases:

  • la clase productiva agrícola
  • la clase asalariada artesana (classe stipendice)
  • y la clase terratenient (classe disponible)
Argumentó que solo debe establecer impuestos sobre el producto neto de la tierra y abogó por la completa libertad del comercio y la industria. En agosto de 1774, Turgot fue nombrado Ministro de Hacienda, y en el espacio de dos años introdujo muchas medidas antimercantilistas y antifeudales apoyadas por el Rey. Una declaración de sus principios rectores que él dio al Rey, fue "no quiebra, no aumento de impuestos, no préstamos". El último deseo de Turgot era tener un impuesto único sobre la tierra y la abolición de todos los impuestos indirectos, pero al presentar la medida se enfrentó a la abrumadora oposición de los intereses de los terratenientes. Dos decretos, uno suprimiendo las corvées, y el otro, reduciendo los privilegios de los gremios, inflamaron la opinión pública contra él. Fue expulsado del cargo en 1776.





ADAM SMITH



Adam Smith (1723-1790) es popularmente visto como el padre de la Política Económica. Su publicación de Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la Riqueza de las naciones en 1776, coincidió no solo con la Revolución Americana, poco antes de los levantamientos en toda Europa de la Revolución Francesa, sino también con el comienzo de una nueva Revolución Industrial, que permitió que la riqueza fuese creada a una escala mayor que nunca antes. Smith fue un filósofo moral escocés, cuya primera ruptura fue la Teoría de los sentimientos morales (1759). Sostuvo en él que los sistemas éticos de las personas se desarrollan a través de sistemas personales con otras personas, y que el bien y el mal son detectados a través de las reacciones de los demás a nuestra propia conducta. Con esta obra Smith ganó más popularidad que con su próxima obra, La riqueza de las naciones, la cual el público inicialmente ignoró.



El contexto

Traducción de 5.1 Context.

William Pitt, el primer ministro conservador a finales de 1780, basó sus propuestas impositivas en las ideas de Smith y defendió el libre comercio como un devoto discípulo de La riqueza de las naciones. Smith fue nombrado Comisionado de Aduanas y en los veinte años siguientes, Smith tuvo muchos seguidores de una nueva generación de escritores que tenían la intención de construir la ciencia de la nueva economía política.

Smith expresó su afinidad con las opiniones de Edmund Burke, ampliamente conocido como filósofo político y miembro del parlamento.

"Burke es el único hombre que conozco que, en temas económicos,piensa exactamente igual que yo, y sin que ninguna comunicación previa haya pasado entre nosotros dos".

Burke fue un economista político que consiguió un lugar gracias a su libro Pensamientos y detalles sobre la escasez. Fue muy crítico de la política liberal, y condenó la Revolución Francesa que empezó en 1789. En Reflexiones sobre la Revolución en Francia (1790) escribió que la "edad de la caballería está muerta, y la de los sofistas, economistas y calculadores ha tenido éxito, y la gloria de Europa se ha extinguido para siempre". Las influencias contemporáneas de Smith incluyen François Quesnay y Jacques Turgot, con quienes se encontró en su estancia en París, y David Hume, su compatriota escocés. Los tiempos producían una necesidad común entre los pensadores de explicar los trastornos sociales de la Revolución Industrial que tienen lugar, y en el aparente caos sin las estructuras feudales y monárquicas de Europa,muestran que todavía hubo un orden.



La mano invisible

Traducción de 5.2 The invisible hand.

"No es de la benevolencia del carpintero, del cervecero o del panadero, de la que esperamos nuestra cena, sino de su relación con sus propios intereses. Nos dirigimos, no a su humanidad, sino a su amor propio, y nunca les hablamos de nuestras propias necesidades, sino de sus ventajas" [Famosa afirmación de Adam Smith sobre el interés propio, La Riqueza de las Naciones, Libro I, Capítulo 2, párrafo 2].

Smith argumentaba a favor de un "sistema de libertad natural", donde el esfuerzo individual fuese el productor de un bien social. Smith cree incluso que, el egoísmo en la sociedad era mantenido bajo restricciones y que trabajaba para el bien de todos en un mercado competitivo. Los precios no son a veces representativos delverdadero valor de los bienes y servicios.Siguiendo a John Locke, Smith piensa que el verdadero valor de las cosas deriva de la cantidad de trabajo invertido en ellas.


"Cada hombre es rico o pobre según el grado en que puede permitirse disfrutar de las cosas necesarias, convenientes y agradables de la vida humana. Pero después de que la división del trabajo ha tenido lugar a fondo, el hombre solo  puede proporcionarse una pequeña parte de ellas con su propio trabajo. La mayor parte de ellas deben derivar del trabajo de otra gente, y él debe ser rico o pobre según la cantidad de trabajo de otras personas ordenar, o que él puede darse el lujo de comprar. El valor de cualquier producto, por lo tanto, para la persona que lo posee, y que no está dentro de sus posibilidades usarlo o consumirlo por sí mismo, sino para intercambiarlo por otros productos, es equivalente a la cantidad de trabajo que le permite comprar u ordenar. El trabajo es, por lo tanto, la medida real del valor permutable de todas las cosas. El precio real de cada cosa, lo que realmente le cuesta al hombre que quiere adquirirlo, es el trabajo y la molestia de adquirirlo".

Cuando los carniceros, cerveceros y panaderos hayan actuado bajo el sistema restrictivo de una economía abierta de mercado, su búsqueda del interés propio, según pensó Smith, conduce el proceso, paradójicamente, a corregir los precios reales de la vida a sus valores justos. Su afirmación básica sobre la competencia es la siguiente:

"Cuando la cantidad de cualquier bien que es llevado al mercado cae por debajo de la demanda efectiva, a todos aquellos que están dispuestos a pagar... no pueden ser suministrados con la cantidad que ellos necesitan... Algunos de ellos desearán dar más. Una competencia empezará entre ellos, y el precio de mercado aumentará... Cuando la cantidad llevada al mercado excede de la demanda efectiva, no todo puede ser vendido a aquellos que desean pagar todo el valor de la renta, salarios y beneficio, que deben ser pagados para ser llevados hasta allí.. El precio de mercado se hundirá [Libro I, capítulo 7, párrafo 9].

Smith creía que el mercado lo que él llamaba el "progreso de la opulencia". Esto involucraba una cadena de conceptos, que la división del trabajo es el motor de la eficiencia económica, pero que sin embargo, está limitada por la amplitud de los mercados. Tanto la división del trabajo como la amplitud de los mercados requieren una acumulación de capital más intensiva por los empresarios y líderes de los negocios y de la industria. Todo el sistema está basado en mantener la seguridad de los derechos de propiedad.



Limitaciones


Traducción de 5.3 Limitations.

La visión de Smith de una economía de libre mercado, basada en una propiedad segura, la acumulación de capital, ampliación de los mercados y la división del trabajo contrastaba con la tendencia mercantilista a intentar "regular todas las maléficas relaciones humanas" [Smith, La Riqueza de las Naciones]. Smith pensaba que el gobierno tenía tres funciones legítimas, a saber:

"... construir y conservar ciertas obras públicas y ciertas instituciones públicas, que nunca pueden ser del interés de cualquier individuo o de un número pequeño de individuos, a instalar y mantener... Todo sistema que se esfuerza... en atraer la atención a una mayor participación en el capital de una especie particular de industria de lo que naturalmente va a ella... retrasa, en lugar de acelerar, el progreso de la sociedad hacia la verdadera riqueza y la grandeza".

Además de la necesidad de liderazgo público en ciertos sectores, Smith argumentó en segundo lugar, que los carteles eran indeseables debido a su potencial para limitar su producción y la calidad de sus bienes y servicios [Smith, Libro I, capítulo 10, párrafo 82]. En tercer lugar, Smith criticó el apoyo del gobierno a cualquier tipo de monopolio, que siempre cobra el precio más alto "que es posible extraer de los compradores". La existencia de monopolios y el potencial de los carteles, que más tarde formaría el núcleo de la política sobre la competencia,podría distorsionar los beneficios del libre mercado en beneficio de los negocios a expensas de la soberanía del consumidor.






LA POLÍTICA ECONÓMICA CLÁSICA


Fue Carlos Marx quién denominó a un grupo de economistas anteriores a él como economistas clásicos. Una parte común a todos ellos y que les unificó como escuela fue la teoría del valor-trabajo, en contraste con aquellos que derivan el valor de un equilibrio general entre la oferta y la demanda. Estos economistas vieron las primeras transformaciones traídas por la Revolución Industrial: despoblación rural, precariedad, pobreza y aparición de la clase trabajadora. Se preguntaban sobre el crecimiento de la población, debido a que ya se había iniciado el crecimiento de la población. También mostraron interés sobre muchas cuestiones, sobre la fuente del valor, la causa del crecimiento económico y el papel del dinero en la economía. Apoyaron la economía del libre mercado, argumentando que era el sistema natural basado en la libertad y en el derecho a la propiedad. Sin embargo, estos economistas estaban divididos y no constituían un cuerpo de doctrina unificado.

Una corriente notable dentro de la economía clásica fue la teoría del subconsumo, tal como fue defendida por la Escuela de Birmingham (enlace de Wikipedia en inglés) y Maltus a principios del XIX. Estos abogaron por la acción del gobierno para mitigar el desempleo y la crisis económicas, y fue el predecesor intelectual de lo que más tarde sería la economía keynesiana de los años 1930.Otra Escuela notable fue el Capitalismo de Manchester [la escuela de Manchester, el liberalismo de Manchester o Manchesterismo (enlace de Wikipedia en inglés)], que abogaba por el comercio libre contra la anterior política del mercantilismo.




Jeremy Bentham

Traducción de 6.1 Jeremy Bentham.

Jeremy Bentham (1748-1832) fue quizás el pensador más radical de su tiempo, y desarrolló el concepto de utilitarismo. Bentham fue ateo, un reformista del sistema penitenciario, defensor de los derechos de los animales, creía en el sufragio universal, la libertad de expresión, el comercio libre y los seguros de salud, en un tiempo donde nadie se atrevería a luchar por alguna de estas causas. Fue educado con rigor desde una edad tempranay a los 18 finalizó la universidad y entró en el cuerpo de abogados. Su primer libro, A Fragment on Goverment (Un fragmento sobre el gobierno) de 1776 publicado anónimamente fue una crítica mordaz del libro Commentaries of the laws of England (Comentarios sobre las leyes de Inglaterra), de William Blackstone. Esto le ganó un amplio éxito hasta que se constató que su autor era el joven Bentham, y no un venerado profesor. En los Principios de Moral y Legislación (Principles of Morals and Legislation) de 1791 Bentham expuso su teoría de la utilidad.

El objetivo de la política legal debe ser la de reducir la miseria y el sufrimiento tanto como sea posible, mientras se produce la mayor felicidad para el mayor número. Bentham incluso diseñó una metodología completa para el cálculo de la felicidad total en la sociedad producida por una ley particular, el felicific calculus.La sociedad, sostuvo Bentham, no es más que el total de las personas. Por ejemplo, se propone una ley para que todos los autobuses de la ciudad sean accesibles para las sillas de ruedas, pero como resultado del nuevo diseño, se mueve más lento que sus predecesores. Millones de usuarios de los autobuses experimentan una pequeña cantidad de displacer (o "dolor") debido al aumento del tráfico y de los tiempos de viaje, pero una minoría de personas que usan sillas de ruedas experimentarían una gran cantidad de placer por ser capaces de coger el transporte público, que pesa más que el descontento acumulado de otros usuarios. Bentham permitió comparaciones interpersonales de utilidad, por ejemplo, que la idea de que un gran placer de una persona puede contar más que el dolor de muchos otros. Este argumento fue dado la vuelta, por ejemplo, que el cálculo de la felicidad permitiría a un dictador muy feliz superar la miseria de su pueblo explotado. A pesar de la metodología de Bentham, había serios obstaculos en la medición de la felicidad de las personas.





Jean-Baptiste Say

Traducción de 6.2 Jean-Baptiste Say.

Jean-Baptiste Say (1767-1832) fue un francés, nacido en Lyon, que ayudó a popularizar el trabajo de Adam Smith en Francia. Su libro A Treatise on Political Economy (1803) [se puede leer en inglés aquí y aquí] contiene un breve pasaje, que más tarde se convirtió en la ortodoxia en la política económica hasta la Gran Depresión, y conocida como la ley de Say de los mercados. Say argumentó que nunca podía haber una deficiencia general o un exceso general de los productos básicos en la economía en su conjunto. La gente produce cosas, dijo Say, para cumplir sus propios deseos, en lugar de los desos de los demás. Por lo tanto, la producción, no es cuestión de la oferta, sino una indicación de que los productores demandan bienes. Say se mostró de acuerdo con que una parte del ingreso es ahorrada por los hogares, ahorros que son, a largo plazo, invertidos. Inversión y consumo son los dos elementos de la demanda, por lo que la producción es demanda, por lo que es imposible para la producción escapar de la demanda, o para que haya un exceso general de la oferta. Say dijo que el dinero es neutral, ya que tiene como único papel facilitar los intercambios: por lo tanto, la gente demanda dinero solo para comprar bienes. Say dijo que "el dinero es un velo". Para resumir estas dos ideas, Say dijo que "los productos son intercambiados por productos". A lo sumo, habrá algunos sectores cuya demanda no se verá satisfecha. Pero con el paso del tiempo, las empresas de ese sector rediseñarán sus estrategias para sectores diferentes y el mercado se corregirá. Un ejemplo de "exceso general" puede ser el desempleo, en otras palabras, una gran oferta de trabajadores y pocos trabajos. La ley de Say sugiere que esto generalmente significa que hay un exceso de demanda para otros productos que se corregirá a si mismo. Esta era la base de la teoría económica hasta los años 1930. La ley de Say fue difundida primero por James Mill (1773-1836), y fue después defendida por David Ricardo, Henry Thornton y John Stuart Mill. Sin embargo, dos economistas como Thomas Malthus y Sismondi no estaban convencidos.





Thomas Malthus


Traducción de 6.3 Thomas Malthus.

Thomas Malthus (1766-1834) fue un ministro conservadoren el Parlamento del Reino Unido quién, en contraste con Bentham, creía en la estricta abstención del gobierno sobre las enfermedades sociales. Malthus dedica el último capítulo de su libro Principios de Economía Política (1820) a refutar la ley de Say, y argumentó que la economía podía estancarse por falta de "demanda efectiva". En otras palabras, si los salarios son menores que el coste total de producción, no puden adquirir el total de la producción de la industria, y esto haría que los precios cayeran. La caída de los precios disminuiría los incentivos para invertir, y la espiral podría continuar indefinidamente. Sin embargo, Malthus es más conocido por su anterior trabajo, Un Ensayo sobre el Principìo de la Población. En este libro argumentó que la intervención era imposible por dos factores. "La comida es necesaria para la existencia del Hombre".

ATENCIÓN: durante varias semanas tuve problemas con el servicio de Blogger (de Google) y, después de perder bastante tiempo sin hacer nada, decidí mudarme a este blog de Wordpress.