Capítulo 3

LOS GRIEGOS


LOS FILÓSOFOS GRIEGOS 2


PLATÓN

Fuentes: La República.

3.1 Platón era miembro de la aristocracia y, por lo tanto, consideraba al trabajo manual como denigrante. En cambio, el Antiguo Testamento, y otros filósofos griegos ya estudiados, valoraban el trabajo humano. En la Biblia, como veremos más adelante, se valoraba mucho el trabajo. Platón consideraba a los que realizaban un trabajo físico como despreciables. Platón era un clasista, orgulloso de los de su clase y que consideraba que el gobierno de la sociedad se debía entregar a los mejores, a los más sabios, a la aristocracia, el gobierno de los mejores. A simple vista, esto parece contradictorio, ya que un individuo recién venido al mundo e hijo de aristócratas no tiene porque ser más sabio que el hijo de un pobre. Platón salva esta contradicción aparente asegurando que la educación es todo en un individuo y que, los hijos de los aristócratas, con una educación excelente, tras largos años de educación y tras un largo proceso de selección, podían llegar a la edad que él cifraba en 50 años, a la categoría de reyes-filósofos, o en su caso, de filósofos a secas (en el sentido de sabio). Este argumento del gobierno de los mejores llegó a seducir a mucha gente a finales del siglo XIX y principios del XX, con lo que se denominó darwinismo social, aunque aquí el factor determinante no era la aptitud intelectual sino la mera posesión de bienes materiales. El lector probablemente no encontrará ningún documento que relacione a Platón con esta corriente filosófico-social, pero la relación en términos generales, ya que ambos se basan en el gobierno de los mejores, o diciéndolo en términos darwinianos, de los más aptos, que más o menos viene a ser lo mismo. Los escritos de Platón han seducido a millares de personas durante siglos y fue bastante leído entre las clases gobernantes británicas y norteamericanas a finales del XIX*. Naturalmente los que se han dejado seducir por Platón son aquellos que se consideran por méritos propios incluídos en el grupo de los más sabios. Y hasta si me veo en un aprieto, reconozco que el nazismo tiene su base ideológica en Platón. Basta con sustituir la clase social aristocracia con el concepto de "raza aria". Los mejores o los más aptos no son ya los aristócratas, sino los que tienen características raciales arias. Altos, rubios o pelirrojos, de piel clara, más o menos como Hitler. Bueno, esto es un mal chiste.
* En esta web en inglés se lee: "Social Darwinism is a belief, popular in the late Victorian era in England, America, and elsewhere, which states that the strongest or fittest should survive and flourish in society, while the weak and unfit should be allowed to die. " Traducido: "El darwinismo social es una creencia muy poopular en la era Victoriana tardía en Inglaterra, en EEUU y en otros lugares que establece que el más fuerte o el más apto deben sobrevivir y prosperar en la sociedad, mientras que se debe permitir que mueran los débiles y los no aptos".

3.2 Platón propugnaba una sociedad dividida en tres castas, este término está mejor aplicado que el de "clase social", ya que la escasa o nula movilidad social que planteaba en su esquema prácticamente condenaba a los que nacían en una casta a vivir en ella y tener sus hijos en la misma. La casta más baja era la de los despreciados productores (agricultores, artesanos, constructores, comerciantes, vendedores, etc), los cuales, de acuerdo a su valoración social del trabajo físico por Platón, eran los de nivel social más bajo. Estos eran los más rudos para soportar el duro y despreciado trabajo físico. La casta del medio era la de los guardianes, los soldados, los que encarnan el valor. La tercera y superior casta era la de los filósofos, los que encarnaban la sabiduría y el intelecto, en cuya cúspide debería haber uno o varios reyes filósofos. La justificación filosófica de Platón da a su sociedad dividida en castas es la siguiente: cada ser humano está dividido en tres partes: "una que anhela, otra que pelea y otra que piensa", y la jerarquía adecuada dentro de cada alma se supone que es, primero la razón, después la lucha, y por último, el más abajo, el sucio deseo.

3.3 De la casta inferior de los productores, Platón asegura que deben ser los únicos habilitados para manejar dinero y tener propiedades privadas y una familia tradicional. O sea, más o menos, el sistema social de la familia tradicional que perduró durante siglos. Platón asegura que:

1.- las otras dos castas no deben poseer propiedades privadas sino en común con los otros miembros de su casta.

2.- las otras dos castas no deben poseer dinero

3.- las otras dos castas deben comer todos de la mismas comida comunitaria. El día que hay lentejas, o las tomas o las dejas.

4.- el estado debe arreglar los matrimonios de los miembros de las dos castas superiores a semejanza de como los ganaderos seleccionan que macho juntar con que hembra para obtener un mejoramiento de las razas animales.

5.- los miembros de estas dos castas superiores no sólo debían compartir bienes y comidas, sino también las mujeres y los hijos. Asusta pensar que, en una época en que no existían profilácticos, de adoptarse la propuesta de Platón, las enfermedades de transmisión sexual deberían haber corrido como un reguero de pólvora.

6.- los hijos de las dos castas superiores debían sufrir un proceso de selección que debía deshechar los inútiles o defectuosos.

7.- los hijos de las dos castas superiores deben ser educados por el Estado. De la casta de los guardianes Platón no escribió mucho, pero si de la de los filósofos o sabios, entre los que se encuadraba él mismo. En concreto Platón aseguró que los filósofos debían ser educados hasta la edad de 50 años, en que si los más sabios lo consideraban apto, era admitido en la categoría de los filósofos o gobernantes. Asi pues era una vida dedicada enteramente al estudio, pero con actividades físicas recreativas como la gimnasia.

8.- los miembros de la casta superior debían tener cualidades morales y virtuosas apropiadas, en las cuales debían ser adiestrados desde la más tierna infancia, así como en las distintas ciencias de la época.

9.- Platón no permite los préstamos, y menos a interés. Si una persona presta dinero a otra, es meramente en la confianza personal. El prestatario no tiene la obligación moral de devolver el dinero ni pagar los intereses.

10.- Las clases dirigentes (soldados y filósofos) no deben corromperse por poseer dinero ni bienes, y solo los productores pueden acumular bienes. Pero esto no les serviría para subir en la escala social. Asi pues, el dinero no es el elemento para subir en la escala social, ya que ni siquiera se puede realizar tal cosa. Por decirlo en nuestras propias palabras, un productor rico es tan despreciable como otro pobre, aunque lo de la riqueza es relativo. Para los miembros libres de la casta inferior, sus ingresos deben tener un límite inferior y otro superior. El primero debe ser el mínimo necesario para el mantenimiento de si mismo y su familia. El segundo debe ser cuatro veces el primero.

11.- Los miembros de las dos clases superiores no deberían ser sometidos a pleitos ni a disputas familiares ni a las repetidas vejaciones del padre.

12.- La libertad de expresión o de investigación es un anatema para Platón. Las artes son mal vistas, y las vidas de los ciudadanos deben ser vigiladas para suprimir cualquier idea o pensamiento peligroso que pueda surgir a la superficie.

De los primeros cinco puntos anteriores se deriva lo que algunos han llamado comunismo platónico.

3.4 El gobierno de la sociedad debía ser entregado a manos de los miembros de la casta más elevada que hubiesen acreditado, a la edad pertinente, tener las mayores cuotas de sabiduría y virtud. Platón no aboga aquí exactamente por la tiranía, despotismo u oligarquía, sino por el gobierno de los más sabios, los reyes filósofos. De los distintos tipos de gobierno (democracia, aristocracia, despotismo, tiranía, timocracia u oligarquía), el ideal es el de la aristocracia.  Platón despreciaba la democracia ateniense, porque traería el crecimiento y este, al ascenso social de los más ricos, y esto acabaría con su estado ideal. Una vez alcanzado ese estado ideal, no debería cambiarse nada. Aunque estaba, a diferencia de su discípulo Aristóteles, a favor de la emancipación de la mujer, se mostraba contrario a la movilidad social. Creía firmemente que las buenas características de los guardianes (el valor) y los reyes-filósofos (la sabiduría) se transmitían via genética a la descendencia. Y también las malas. Proponía seguir la selección artificial que se aplica a la procreación de los animales, desechando a los débiles y enfermos, tal como hacían los espartanos.

3.5 Para hacer posible que los filósofos obtengan y conserven el poder, propugnó la difusión de mentiras entre la población sobre el caracter divino y el menor linaje de las clases más bajas. Estas mentiras las calificó de "inocentes", "medicinales" o "nobles".

3.6 Platón fue el primero en confrontar la propiedad comunal con la privada. Tanto la riqueza como la pobreza produce malas consecuencias. La riqueza produce ociosidad. La pobreza , conductas indignas y una disminución en la destreza en el oficio. Las clases dirigente (soldados y filósofos) deben estar libres de las preocupaciones de la propiedad privada y de la familia. Ambas clases sociales deben esforzarse en cumplir aquello para lo que la sociedad les destina, la vida militar y el gobierno.

3.7 La contribución más genuina y original de Platón al Pensamiento Económico fue la aparición de la división del trabajo, aunque de una manera muy diferente a como lo haría dos mil años después Adam Smith. Ya que su filosofía social está basada en la necesaria separación entre clases (mejor dicho, castas), Platón tiene que demostrar que esta división está fundada en la naturaleza humana, en particular en su diversidad y desigualdad. Los obreros y campesinos deben ser aquellos que tienen fuerza física para desarrollar tan penosas y rudas tareas. Pero los productos que estos producen y los que los mercaderes importan se quedarían sin vender si no hubiese vendedores que los hiciesen atractivos al público. Los vendedores deben escogerse entre aquellos cuya falta de fuerza física los hicieran inútiles para otros trabajos. Huelga decir que los más valerosos y fuertes deben ser soldados, y los más sabios, reyes-filósofos.

3.8 Aunque esta división social del trabajo es muy diferente a la de Adam Smith, ya que esta última está basada en los principios de la mayor destreza conseguida con la repetición de la misma tarea y el ahorro de tiempo al cambiar de una tarea a otra, sin embargo coincide con la del escocés en que produce un incremento de la producción. Este aumento productivo no es fruto de la especialización o la simplificación de tareas, sino en que cada individuo es puesto en la casta y el oficio que le corresponde. Recordemos que, según Platón, todas las características se heredan y que él propugnaba hacer copular hombres y mujeres como si fuesen ganado, en atención a sus características físicas y mentales. Por tanto, los hijos de los miembros de una casta debe tener por herencia las características fisicas y mentales para formar parte de esa casta. Y si surgiese algún individuo “no apropiado”, debe ser eliminado. De todo ello se deriva que, si cada individuo ocupa en puesto en la sociedad que le corresponde, se alcanza la producción máxima [veáse la transcripción de una parte del libro segundo de La República al final de este capítulo]. Por el contrario, Adam Smith aseguraba que la diferencia entre un filósofo y un portero es insignificante. Mientras Smith habla de las diferencias de educación, Platón habla de las diferencias de naturaleza entre un individuo y otro. Platón aprovecha estas diferencias naturales para justificar la esclavitud. Como dijo Lionel Robbins en su libro A History of Economic Thought: "realmente es cierto que si los mejores tutores del mundo concentraran sus esfuerzos en mucha gente, no podrían producir ni un Einstein ni un Mozart". Las diferencias de la naturaleza importan, pero no son tan importantes como la educación.

3.9 Platón vivió en una época de grandes cambios, de un cierto desarrollo comercial y de las actividades financieras. Aunque no debemos engañarnos y pensar que vivió en una especie de protocapitalismo, lo cierto es que hubo un cierto auge comercial y financiero. Los griegos creaban colonias comerciales llamadas factorías por todo el Mediterráneo sur, y los fenicios venían haciendo lo mismo desde mucho antes. Estas factorías se convirtieron en ciudades-estado independientes, que venian hacer de puentes comerciales entre los pueblos indígenas y los griegos de la península. Platón muestra un reacción contraria y retrógrada con respecto a estos cambios, colocando a los comerciantes entre la casta más baja, lanzando sus inyectivas contra el dinero, el comercio y los préstamos. Pero no se atreve a proponer la total erradicación del dinero. Aunque no se atreve a decirlo, seguramente cree que es imposible. En el fondo, muy en el fondo, se da cuenta de que el dinero es necesario y positivo. Pero como piensa que es impuro, propone crear tres castas sociales, y relegar el dinero, el comercio y los préstamos a la casta más baja, junto con los trabajadores, bien sean esclavos o extranjeros. Junta en esa casta inferior a los más despreciables, a los campesinos y obreros por una parte, y a los comerciantes y prestamistas por otra. Y crea por encima de esta casta otras dos, la de los guerreros y los sabios, a los que hace vivir "puros" bien alejados del sucio dinero. Tal como yo lo veo, es algo así como un sistema económico doble: uno con producción por una parte, y consumo por otra; el otro, que engloba a las dos castas superiores, sólo consumen. O por decirlo de otra manera, consumen bienes por una lado, producen normas y órdenes, y hacen aplicar las normas y defienden el sistema tanto de agresiones exteriores como de la corrupción comercial.

3.10 Una vez alcanzado este estado perfecto, las dos castas superiores deben procurar que este no cambie. Creó así sobre el papel un sistema económico estacionario que no debía cambiar. No debían aumentar ni la producción ni la población. No sabemos si Malthus leyó a Platón, pero si lo hizo, es posible que su inspiración proceda del filósofo griego.

3.11 El uso del oro y la plata como dinero se aceleró grandemente con la invención de la acuñación en Lidia en el siglo VII antes de nuestra era, y el dinero rápidamente se expandió por toda Grecia. De acuerdo con su desprecio por el dinero, la propiedad privada y el comercio, Platón fue el primer teórico en denunciar el uso del oro y la plata como dinero. Tampoco le gustaba el oro y la plata precisamente porque eran monedas internacionales aceptadas por todos los pueblos. Ya que los metales preciosos son universalmente aceptados y existen aparte de la acuñación del gobierno, el oro y la plata constituyen una amenaza potencial para la regulación económica y moral de la ciudad por los gobernantes. Platón quería que el gobierno implantara una moneda fiduciaria única, imponer fuertes multas a la importación de oro y plata y la exclusión de la ciudadanía de aquellos comerciantes y trabajadores que tratan con dinero. Una de las características de la utopía de Platón era que, para ser ordenada y controlada, debe ser relativamente estable. Y esto significa poco o ningún cambio, innovación o crecimiento económico.Platón se anticipó a algunos intelectuales de hoy en día que propugnan un crecimiento económico cero o muy bajo, por similares razones. en especial, el miedo al colapso del Estado por la élite gobernante. Al tratar de congelar la sociedad se debe tratar el crecimiento de la población. Platón fue, sin embargo, consistente, al solicitar el congelamiento del crecimiento de la población manteniendo el número de sus ciudadanos a 5.000 familias terratenientes.

3.12 Aunque la influencia de Platón fue obvia en muchos exquemas comunistas de épocas posteriores, es incorrecto clasificarlo como comunista o socialista o como precursor de posteriores comunistas y socialistas. En todo caso creaciones de tal fuerza como la de Platón desafían cualquier clasificación y deben ser entendidas en su singularidad. La misma objeción se opone a clasificarlo como a un fascista. Pero si insistimos en meterlo forzadamente en una camisa de fuerza, la de fascista le sienta mucho mejor que la de comunista. Al mismo tiempo la obra del filósofo griego obliga a una estricta regulación de la vida individual y privada, incluyendo limitaciones a la riqueza individual y severas restricciones de la libertad de expresión. El Estado de Platón es esencialmente corporativo y reconoce la necesidad de una casta dirigente, extremo que va más allá del fascismo. También es un estado totalitario, donde se da muchas atribuciones al estado: emparejar a la gente, seleccionar a los niños no aptos para deshacerse de ellos, educar a los niños, etc. No es extraño que tanto a muchos fascistas como a muchos comunistas les encante Platón.

Diálogo sobre la división del trabajo del capítulo 2 de La República:

-Pues bien -comencé yo-, la ciudad nace, en mi opinión, por darse la circunstancia de que ninguno de nosotros se basta a sí mismo, sino que necesita de muchas cosas. ¿O crees otra la razón por la cual se fundan las ciudades?
-Ninguna otra ---contestó.
-Así, pues, cada uno va tomando consigo a tal hombre para satisfacer esta necesidad y a tal otro para aquella; de este modo, al necesitar todos de muchas cosas, vamos reuniendo en una sola vivienda a multitud de personas en calidad de asociados y auxiliares y a esta cohabitación le damos el nombre de ciudad. ¿No es así?
-Así.
-Y cuando uno da a otro algo o lo toma de él, ¿lo hace por considerar que ello redunda en su beneficio?
-Desde luego.
-¡Ea, pues! -continué-. Edifiquémos con palabras una ciudad desde sus cimientos. La construirán, por los visto, nuestras necesidades.
-¿Cómo no?
 -Pues bien, la prímera y mayor de ellas es la provisión de alimentos para mantener existencia y vida.
-Naturalmente.
-La segunda, la habitación; y la tercera, el vestido y cosas similares.
-Así es.
-Bueno -dije yo--. ¿Y cómo atenderá la ciudad a la provisión de tantas cosas? ¿No habrá uno que sea labrador, otro albañil y otro tejedor? ¿No será menester añadir a éstos un zapatero y algún otro de los que atienden a las necesidades materiales?
-Efectivamente.
-Entonces una ciudad constará, como mínimo indíspensable, de cuatro o cinco hombres.
-Tal parece.
-¿Y qué? ¿Es preciso que cada uno de ellos dedique su actividad a la comunidad entera, por ejemplo, que el labrador, siendo uno solo, suministre víveres a otros cuatro y destine un tiempo y trabajo cuatro veces mayor a la elaboración de los alimentos de que ha de hacer partícipes a los demás? ¿O bien que se desentienda de los otros y dedique la cuarta parte del tiempo a disponer para él sólo la cuarta parte del alimento común y pase las tres cuartas partes restantes ocupándose respectivamente de su casa, sus vestidos y su calzado sin molestarse en compartirlos con los demás, sino cuidándose él solo y por sí solo de sus cosas?
Y Adimanto contestó: -Tal vez, Sócrates, resultará más fácil el primer procedimiento que el segundo.
-No me extraña, por Zeus --dije yo-. Porque al hablar tú me doy cuenta de que, por de pronto, no hay dos personas exactamente iguales por naturaleza, sino que en todas hay diferencias innatas que hacen apta a cada una para una ocupación. ¿No lo crees así?
-Sí.
-¿Pues qué? ¿Trabajaría mejor una sola persona dedicada a muchos oficios o a uno solamente?
-A uno solo --dijo.
-Además es evidente, creo yo, que, si se deja pasar el momento oportuno para realizar un trabajo, éste no sale bien.
-Evidente.
-En efecto, la obra no suele, según creo, esperar el momento en que esté desocupado el artesano; antes bien, hace falta que éste atienda a su trabajo sin considerarlo como algo accesorio.
-Eso hace falta.
-Por consiguiente, cuando más, mejor y más fácilmente se produce es cuando cada persona realiza un solo trabajo de acuerdo con sus aptitudes, en el mornento oportuno y sin ocuparse de nada más que de él.
-En efecto.
-Entonces, Adimanto, serán necesarios más de cuatro ciudadanos para la provisión de los artículos de que hablábamos. Porque es de suponer que el labriego no se fabricará por sí mismo el arado, si quiere que éste sea bueno, ni el bidente ni los demás aperos que requiere la labranza. Ni tampoco el albañil, que también necesita muchas herramientas. Y lo mismo sucederá con el tejedor y, el zapatero, ¿no?
-Cierto,.
-Por consiguiente, irán entrando a formar parte de nuestra pequeña ciudad y acrecentando su población los carpinteros, herreros y otros muchos artesanos de parecida índole.
-Efectivamente.
-Sin embargo, no llegará todavía a ser muy grande ni aunque les agreguemos boyeros, ovejeros y pastores de otra especie con el fin de que los labradores tengan bueyes para arar, los albañiles y campesinos puedan emplear bestias para los transportes y los tejedores y zapateros dispongan de cueros y lana.
-Pues ya no será una ciudad tan pequeña ---dijo- si ha de tener todo lo que dices.
-Ahora bien -continué-, establecer esta ciudad en un lugar tal que no sean necesarias importaciones es algo casi imposible.
-Imposible, en efecto.
-Necesitarán, pues, todavía más personas que traigan desde otras ciudades cuanto sea preciso.
-Las necesitarán.
-Pero si el que hace este servicio va con las manos vacías, sin llevar nada de lo que les falta a aquellos de quienes se recibe lo que necesitan los ciudadanos, volverá también de vacío. ¿No es así?
-Así me lo parece.
-Será preciso, por tanto, que las producciones del país no sólo sean suficiente para ellos mismos, sino también adecuadas, por su calidad y cantidad, a aquellos de quienes se necesita.
-Entonces nuestra ciudad requiere más labradores y artesanos.
-Más, ciertamente.
-Y también, digo yo, más servidores encargados de importar y exportar cada cosa. Ahora bien, éstos son los comerciantes, ¿no?
-Sí.
-Entonces nuestra ciudad requiere más labradores y más artesanos.
-Más ciertamente.
-Necesitamos, pues, comerciantes.
-En efecto.
-Y en el caso de que el comercio se realice por mar precisos otros muchos expertos en asuntos marítimos.
-Muchos, sí ¿Y qué? En el interior de la ciudad, ¿cómo cambiarán entre sí los géneros que cada cual produzca? Pues éste ha sido precisamente el fin con el que hemos establecido una comunidad y un Estado.
-Está claro --contestó- que comprando y vendiendo.
-Luego esto nos traerá consigo un mercado y una moneda como signo que facilite el cambio.
-Naturalmente.
-Y si el campesino que lleva al mercado alguno de sus productos, o cualquier otro de los artesanos, no llega al mismo tiempo que los que necesitan comerciar con él, ¿habrá de permanecer inactivo en el mercado desatendiendo su labor?
-En modo alguno -respondió--, pues hay quienes, dándose cuenta de esto, se dedican a prestar ese servicio. En las ciudades bien organizadas suelen ser por lo regular las personas de constitución menos vigorosa e imposibilitadas, por tanto, para desempeñar cualquier otro oficio. Éstos tienen que permanecer allí en la plaza y entregar dinero por mercancías a quienes desean vender algo y mercancías, en cambio, por dinero a cuantos quieren comprar.
-He aquí, pues --,dije-, la necesidad que da origen a la aparición de mercaderes en nuestra ciudad. ¿O no llamamos así a los que se dedican a la compra y venta establecidos en la plaza, y traficantes a los que viajan de ciudad en ciudad?
-Exactamente.
-Pues bien, falta todavía, en mi opinión, otra especie de auxiliares cuya cooperación no resulta ciertamente muy estimable en lo que toca a la inteligencia, pero que gozan de suficiente fuerza física para realizar trabajos penosos. Venden, pues, el empleo de su fuerza y, como llaman salario al precio que se les paga, reciben, según creo, el nombre de asalariados. ¿No es así?
-Así es.
-Estos asalariados son, pues, una especie de complemento de la ciudad, al menos en mí opinión
-Tal creo yo.
-Bien, Adimanto; ¿tenemos ya una ciudad lo suficientemente grande para ser perfecta?
-Es posible.


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